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Gracias. Porque los sueños son para cumplirlos en vida…

    Yo creo que siempre es conveniente soñar grande, porque como dice el refrán “soñar grande o soñar chico cuesta lo mismo”. Pero ¿qué es específicamente soñar en grande? Para mi esa pregunta representa llevar a acción ideas o deseos que se nos presentan en la vida y que nos permitan lograr algún objetivo que persigamos, incluso cuando este sea difícil o parezca imposible de conseguir.

De esta manera es como se fue formulando este sueño que inició allá por 2016, a mi vuelta de un viaje que emprendí por más de un año recorriendo el mundo. Aquel que me llevó por más de 40 países, miles de kilómetros, cientos de historias y vivencias que me hicieron descubrir nuevos horizontes, culturas, sociedades y mundos que se me abrieron camino a cada paso. Volví con una mochila llena de experiencias gratificantes y con mucho aprendizaje que recibí de todas las personas con las cual me tocó compartir. Asimismo, llevé a cabo acciones solidarias y de voluntariado en Africa e India, que sumaban a la expansión de compromiso social que había formado a través de colaboraciones en ONGs de Argentina.

A mi regreso y sintiendo la gratitud como la emoción predominante de toda esa experiencia, me surgió la idea de buscar un método o medio por el cual pueda seguir exponenciando ese compromiso social que ya se había disparado en mí para ayudar a los demás, pero de una manera que sea disruptiva, que sea sustentable y escalable en el tiempo. Y así fue, como a través de estudiar diferentes emprendimientos, disposiciones legales y metodologías tanto mundial como nacional, decidí iniciar este sueño que hoy es una realidad y se llama Gracias.

Cuando comencé a pensar en la idea de llevar a cabo en Argentina un modelo de negocios donde la base era constituir una empresa social que donara el 100% de las ganancias a una fundación, y ésta con esos fondos, dedicarlos a solventar necesidades de primera urgencia, la idea parecía más utópica que real. Las adversidades, dificultades, el tiempo y los recursos que me llevaron por más de 2 años constituir este modelo de negocios en Argentina, no hicieron más que acrecentar las ganas de apostar por algo único. 

La idea seguía firme y las ganas de transformar realidades aún más. Allá por 2018 nos tocó comenzar a conformar el equipo de Gracias. donde además de mi hermana, se sumaron otras personas que colaboraron en darle vida a esa idea y desarrollarnos en un mercado que se veía duramente castigado por la situación económica de aquel entonces. Pero a veces lo importante para llevar a cabo estos sueños, es ir avanzando de a pasitos e ir disfrutando el camino a medida que lo vamos transitando. Y así fue como de la mano del esfuerzo y sacrificio, y con un equipo que vibraba con el propósito que teníamos, comenzamos abordando clientes, generando propuestas comerciales y dándole vida a una experiencia comercial donde el fin último era acompañar a las personas que hoy en día atraviesan situaciones de vulnerabilidad y las cuales tienen algún derecho básico universal insatisfecho.

Nuestra misión siempre fue clara desde el comienzo:

Ser un puente entre quienes tienen una necesidad y quienes desean contribuir a erradicar la pobreza en la Argentina.

    Y para llevarlo a cabo, nos presentábamos como oferta al mercado comercializando productos de consumo de calidad e impacto, que permitan a los usuarios ser parte del cambio, y a través de su elección sumarse a ser transformadores de esa realidad injusta en la cual vive mucha gente en nuestro país.

Desarrollar una Pyme en Argentina, es en sí, un desafío enorme. Desarrollar una empresa social que done el 100% de las ganancias a proyectos de impacto social, sonaba un milagro por ese entonces. Pero la fe estaba intacta y las primeras repercusiones de nuestros clientes nos daban sed de ir por más.

Así fueron los dos primeros años de gran crecimiento orgánico a través de las alianzas con nuestros clientes, del apoyo de las personas que nos acompañaron con su compra o difusión de nuestro mensaje,  de los proveedores que nos acompañaron desde el inicio y de las instituciones educativas que nos invitaron a sus auditorios para hacer llegar la voz a muchas generaciones de que había otra forma de hacer negocios, en la cual se podía sumar sectores de la economía que decidan apostar a modelos de negocios disruptivos. Como siempre fuimos compartiendo nuestra visión, de toda la cadena de valor de la empresa social que creamos, el único eslabón que dejaba su participación para los impactos sociales era el accionista. Todos los demás actores dan y reciben lo que se merecen y en la medida justa. Esto significa que luego de pagar todos nuestros costos, donamos el 100% de nuestra ganancia a la Fundación Grupo Gracias. la cual distribuye los fondos a distintos proyectos sociales que tienen como fin erradicar la pobreza en Argentina. Con los fondos, desarrollamos programas en conjunto con organizaciones que trabajan en la solución y alcance de las necesidades básicas humanas tales como acceso a agua segura, nutrición infantil y protección de la salud.

Más allá del crecimiento y desarrollo del negocio, como toda compañía que recién arranca, el costo operativo de dar marcha, producir y gestionar hace que los primeros años sean desafiantes para rentabilizar la empresa. Sinceramente no sabía cuanto nos iba a llevar poder dar rentabilidad positiva o ganancias y cubrir los quebrantos de los primeros ejercicios fiscales, y más en el contexto económico en el cual habíamos comenzado y con una pandemia que nos azotó por dos años.

Paralelamente y con el mismo sacrificio, fue que nos llevó casi 3 años poder tener todos los requerimientos y aprobaciones de los organismos gubernamentales necesarios para constituir la Fundacion con la cual íbamos a llevar a cabo los proyectos sociales. Las piedras en el camino no hacían más que revalidar por qué estábamos jugando este partido, por qué queríamos generar cosas diferentes, pero por sobre todo por qué queríamos ayudar a la gente. Porque es justamente en un país donde las carencias y los obstáculos están a la mano día a día, donde la gente con falta de recursos o en situación de vulnerabilidad es la más castigada y olvidada. Es justamente en una economía castigada, con situaciones de corrupción o aumento de la pobreza como viene azotando a la Argentina en las ultimas décadas, donde este tipo de compromisos son más que necesarios para darle voz a todas aquellas personas que reclaman por tener sus derechos básicos obligatorios cubiertos, y los cuales lamentablemente no los tienen.

Sumado a esto, nuestra responsabilidad por brindar soluciones sustentables desde la Fundación en materia de derechos como Acceso al agua Segura, Nutrición Infantil y Protección de la Salud, nos proponía otro desafío que fue el cubrir los gastos de impactos que puedan perdurar en el tiempo, que cubra la necesidad de forma permanente y de que no les generé un gasto a las familias impactadas.

Comenzamos así desarrollando y construyendo cisternas de ferrocemento para familias del Gran Chacho Argentino, donde no había infraestructura desarrollada para hacerse de agua apta para consumo y donde esta solución aparecía como la única viable para abastecer a una familia entera. Los costos de construcción y desarrollo iban aumentando por la inflación y la escalabilidad de impactar en mucha gente se hacía más desafiante. Comenzamos contribuyendo con proyectos a partir de donaciones y de los aportes que hicimos como socios fundadores en la Fundación, para dar inicio a nuestra misión social y a transformar la realidad de personas que nos abrieron las puertas para trabajar en conjunto.

Cuantas veces me invadió el pensamiento y sensación de incertidumbre al preguntarme ¿Podremos validar el modelo de negocio? ¿Será posible llevar a cabo una empresa que sustente de manera permanente soluciones de impactos sociales? ¿Cómo lidiar con un contexto económico desfavorable y dos años de pandemia? Muchas veces sentí dudas de como avanzar con todo, y hasta a veces de sentir frustración. Pero sabía que estos traspiés son parte del hacerse caminante y de la vida misma.

Y así llegó el fin del 2020, con más dudas que certezas, con más golpes que apoyos. Pero con unas ganas enormes que le pusimos a todo para hacer realidad nuestro sueño.

Cuando durante este año cerramos los estados contables de Grupo Gracias SRL, sabía que había una leve esperanza de que nos haya ido bien debido a unos acuerdos comerciales grandes que habíamos desarrollado a principios de año y a una mejora en el costo de los productos que logramos por reconfigurar los proveedores que teníamos.

    Y casi sin quererlo, el sueño se transformó en realidad.

    EL resultado económico del 2020 para los estados contables de la empresa social, no solo arrojaban una ganancia que cubría las pérdidas operativas de los primeros dos años y medio de formación, sino que el resultante daba una ganancia operativa después de impuestos y reserva legar de $187.160. Este monto fue destinado enteramente en este 2021 para la construcción de 2 cisternas en la localidad de San José del Boquerón, Chaco, las cuales permitieron a 4 familias hacerse de acceso al agua segura cubriendo el derecho de más de 20 personas.

Hoy con mucho orgullo, pasión, felicidad y por sobre todo GRATITUD, quiero agradecer a todas aquellas personas que hicieron posible que este sueño hoy sea realidad. Con mucha compromiso y respeto por lo que logramos, pero también con muchas ganas por todo lo que nos queda. Hoy Gracias. ya deja de ser un sueño como deja de ser algo mío, pasando a ser un medio con el cual tenemos una posibilidad enorme de demostrar que hay una nueva manera de hacer negocios, que hay un puente para todas aquellas personas que quieren ayudar y por sobre todo, para darle espacio y voz a mucha gente que está a la espera de satisfacer sus derechos básicos sociales.

Gracias por leer esta breve historia sobre como un sueño (chico para algunos, enorme para otros) se hizo posible. Y hoy que es una realidad, poder expandirlo lo más grande que podamos.

Con cariño

“Mucha gente pequeña, en lugares pequeñoshaciendo cosas pequeñaspuede cambiar el mundo”. Eduardo Galeano

 

 

Manuel Romero

Presidente Grupo Gracias SRL – Fundación Grupo Gracias.